Dile esto a tu hijo.
La escuela es la segunda familia, pero la familia es la primera escuela.
Como madre, y del mismo modo les pasa a los padres, quisiera poder arreglar este mundo loco y convertirlo en un lugar seguro para nuestros pequeños y jóvenes.
Pero siendo realistas, lo más efectivo es que arreglemos a los jóvenes y ayudemos a los niños a desarrollarse fuertes y sabios para sobrevolar un mundo que se aventura salvaje.
Ojalá poder decirles a nuestros hijos que confíen en todos, que jueguen libres en cualquier lugar, que crean en los noticieros, que busquen la verdad en los libros, que acepten caramelos de desconocidos, que pidan ayuda cuando se encuentren perdidos; ojalá poder decirles a nuestros hijos que el colegio les enseñará a construir su futuro, que los políticos trabajan para el bienestar colectivo, que la industria alimentaria y médica quieren que estén sanos y nutridos .
Ojalá, pero no.
Vivimos en un mundo en el que los libros mienten, los noticiarios engañan, los políticos buscan su propio bienestar y la industria su propio beneficio.
Vivimos en un mundo en el que los niños desaparecen, en que los pederastas andan sueltos, en que el colectivo da la espalda a la verdad y el sistema académico no prepara para la realidad.

Educar a los niños y niñas para que puedan sostener el mundo en el que vivimos una vez lleguen a adultos, es responsabilidad de las familias. No podemos pretender que nuestros hijos sean responsables y críticos cuando lleguen a jóvenes si no les educamos para ello cuando todavía están creciendo.
Muy lejos de educarles en el miedo y sumergirles en la cruda realidad cuando todavía son pequeños, los padres y madres conscientes educan a sus hijos e hijas fuertes y valientes para el día en que estén preparados para dar con esa realidad.
NO PERMITÁIS QUE VUESTROS HIJOS DEN ANTES DE TIEMPO CON INFORMACIONES QUE NO ESTÁN PREPARADOS PARA SOSTENER. No seáis vosotros quienes, en ademán de prepararles para el crudo mundo en el que viven, pongáis a su alcance contenidos que les traumatizaran.
En lugar de eso, favoreced su habilidad para responder en las situaciones que se le presentan; contribuid en el desarrollo de la capacidad crítica y de discernimiento; favoreced su desarrollo personal y su fortaleza interior.
Madre, padre, educador consciente.... Dile esto a tu hijo:
Dile a tu hijo que la vida tiene ratos muy difíciles y otros que son increíbles.
Dile a tu hijo que tiene derecho a que algo no le guste y a decir que no le gusta.
Dile a tu hijo que no hace falta que aguante a nadie, ni que ponga la mejilla, ni que bese cuando no quiere hacerlo.
Dile a tu hijo que entre vosotros jamás va a haber secretos, enséñale a explicarte todo sin miedo y sobre todo dile que te explique aquello que le dicen que no te debe explicar.
Dile a tu hijo que hay gente con malas intenciones y que a veces se disfrazan de amigos para conseguir sus objetivos. Que juntos cuidamos unos de otros y nos protegemos de éstos sibilinos.
Dile a tu hijo que siempre estaréis en el mismo equipo, que no vas a dejarle sólo y que siempre puede contar contigo.
Dile que es maravilloso, que tiene un poder infinito, y que aquello que verá que le falta al mundo, él será capaz de crearlo.

En las manos de los EDUCADORES CONSCIENTES (madres, padres, tíos, abuelas, maestros, profesoras, humanos libres...) está la capacidad de educarles fuertes.
Las estadísticas de malestar infantil y juvenil nos siguen recordando que el cambio es imperativo.
Dejemos de delegar la responsabilidad de educar.
Si no sabes cómo: fórmate, infórmate, transfórmate.
Feliz 23, valiente.
Este es el año de la consolidación del nuevo paradigma.
B.W.