Lecturas de sabiduría: EL MITO DE PIGMALIÓN.
Pigmalión era el rey de Chipre. Un buen día decidió que debía casarse, pero no serviría cualquier mujer. Debía encontrar a la mujer perfecta. Pero por más que buscó y buscó a lo largo del ancho mundo, ninguna le parecía lo suficientemente perfecta.
Desesperado y frustrado, decidió abandonar el sueño de casarse, y dedicó su tiempo libre a esculpir figuras femeninas.
Poco a poco, su técnica fue mejorando, y un buen día, consiguió crear una mujer realmente hermosa, a la que puso de nombre Galatea.
El rey de Chipre se enamoró perdidamente de ella. Una obsesión que le llevó a verla hasta en sueños. Afrodita, reina del amor, la belleza y la sensualidad, conmovida por este amor, hizo que en uno de esos sueños, Galatea cobrara vida.
Al día siguiente, Pigmalión se acercó a Galatea y comprobó que sus mejillas de marfil de pronto habían cobrado algo de rubor. La tocó y le pareció que la estatua estaba caliente. Los dedos de su amada pétrea comenzaron a moverse ligeramente, como si fueran de cera. Afrodita se apareció a Pigmalión y le dijo:
– Mereces la felicidad que tanto ansías… La misma que plasmaste con tanta belleza en esta figura. Ahí tienes a la reina que andabas buscando. Ámala hasta el final de tus días.
Y así es cómo Galatea se convirtió en humana.